El Ekeko (Dios de la prosperidad y abundancia) para los países andinos, fumaba mucho para mantenerse despierto y seguir trabajando para almacenar su gran fortuna. Bajo, gordito, de cachetes rosados y con bigotes, su rostro lleva siempre la boca abierta en forma de “o”, para que nadie olvide que está esperando que le pongan allí lo que mas le agrada: un cigarro negro. Representado ahora con dólares, televisores, ordenares y hasta móviles, el Ekeko es el encargado de ahuyentar las desgracias y atraer al hogar alimento, fortuna y alegría. En el momento que se le ofrece su cigarro negro, se le pide el deseo. Después de fumárselo, la tradición dice que el mismo te indicara si te concede el mismo, o no, de la siguiente forma: Si le queda toda la ceniza, es decir, el cigarro completo se consume y no cae la ceniza, no será concedido, pero si por contra, se cae la misma, el deseo es concedido. NO VALE HACER TRAMPAS….
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